miércoles, 23 de abril de 2014

¿Quién entiende a la gente ...?

Si eres demasiado bueno...
hipócrita te han de llamar,
si eres indiferente con los demás...
que eres mala persona te dirán.
Si das algo de lo que tienes,
dicen que es por méritos ganar,
si no das nada de ti,
dicen que el egoísmo te ha de matar.

Si trabajas fuertemente,
dicen que es poco el tiempo que les dedicas,
si no trabajas, dicen que el
Primer Premio
"A la Vagancia" ameritas.

Si te gusta estar metido en todo,
bochinchero te llamarán,
si no te gusta meterte en nada,
de antisocial te tratarán.

Si duermes poco y trabajas mucho,
dicen que te vas a desgastar,
si duermes mucho y trabajas poco,
dicen que la pereza te va a matar.

Quién entiende la vida...

Si huyes de donde hay problemas,
cobarde a ti te dirán,
si estás siempre donde los hay,
de busca pleitos te calificarán.

Si vas a la Iglesia a diario,
de fanatismo te acusarán,
si nunca asistes a ella,
como "ateo " te conocerán...

Si nunca sales de casa,
dicen que eres un aburrido,
si sales frecuentemente,
dicen que eres un perdido.

Si eres alguien muy exitoso,
con envidia te tratarán,
si estás feliz con lo que tienes,
"conformista" te llamarán.

Si eres joven y dispuesto,
inmaduro te han de llamar
si eres viejo experimentado,
creen que no hay derecho a opinar.

Quién entiende la vida...

Si caminas a paso lento,
dicen que debes avanzar
si tu paso es muy ligero,
se quejan por no poderte alcanzar.

Si vives la vida en sueños,
que despiertes te pedirán,
si eres demasiado realista,
de inhumano te acusarán.

Si eres amable con todos,
creen que algo has de ocultar,
si eres grosero y pedante,
nadie te ha de soportar.

Si eres honesto y sincero,
como tonto te han de tratar,
si eres todo lo contrario,
siempre te han de criticar.

Si amas y entregas todo de ti,
dicen que mucho sufrirás,
si vives para ti mismo,
dicen que sin amor no vivirás.

Quién entiende la vida... quién entiende a la gente...

Es irónico pensar, que por mejor que seas, siempre tus defectos alguien resaltará, puedes ayudar al mundo y siempre alguien aparecerá que no crea en tu sinceridad, los seres humanos somos diferentes y no es posible que todo el mundo nos vea de la misma forma, porque somos simplemente su espejo.

Si alguien te dice lo dulce que eres, es que esa persona posee dulzura, si alguien exalta tu belleza, es que la belleza interior de esa persona es tan grande que no posee envidia, si alguien piensa que compites en todo, es porque ellos mismos ven en todo una competencia, si alguien piensa que lo odias, es porque el odio corroe su alma.

Ahora... mírate a ti mismo y date cuenta de que lo que ves en los demás es lo que tú mismo sientes por ti.

martes, 11 de marzo de 2014

Usa protector solar

Si pudiera ofrecerles sólo un consejo para el futuro, sería éste: Usen protector solar.

Los científicos han comprobado sus beneficios a largo plazo mientras que los consejos que les voy a dar, no tienen ninguna base fiable y se basan únicamente en mi propia experiencia. He aquí mis consejos:

Disfruta de la fuerza y belleza de tu juventud.

No me hagas caso. Nunca entenderás la fuerza y belleza de tu juventud hasta que no se haya marchitado.

Pero créeme, dentro de veinte años, cuando en fotos te veas a ti mism@ comprenderás, de una forma que no puedes comprender ahora, cuántas posibilidades tenías ante ti y lo guapo-a que eras en realidad.

No estás tan gord@ como imaginas.

No te preocupes por el futuro. O preocúpate sabiendo que preocuparse es tan efectivo como tratar de resolver una ecuación de álgebra masticando chicle.

Lo que sí es cierto es que los problemas que realmente tienen importancia en la vida son aquellos que nunca pasaron por tu mente, de ésos que te sorprenden a las 4 de la tarde de un martes cualquiera.

Todos los días haz algo a lo que temas. Canta.

No juegues con los sentimientos de los demás. No toleres que la gente juegue con los tuyos.

Relájate. No pierdas el tiempo sintiendo celos. A veces se gana y a veces se pierde.

La competencia es larga y, al final, sólo compites contra ti mismo.

Recuerda los elogios que recibas. Olvida los insultos (pero si consigues hacerlo, dime cómo hacerlo).

Guarda tus cartas de amor. Tira las cartas del banco. Estírate. No te sientas culpable si no sabes muy bien qué quieres de la vida.

Las personas más interesantes que he conocido no sabían qué hacer con su vida cuando tenían 22 años. Es más, algunas de las personas que conozco tampoco lo sabían a los 40.

Toma mucho calcio. Cuida tus rodillas sentirás la falta que te hacen cuando te fallen.

Quizá te cases, quizá no. Quizá tengas hijos, quizá no. Quizá te divorcies a los 40, quizá no.

Quizá bailes el vals en tu 75 aniversario de bodas. Hagas lo que hagas no te enorgullezcas ni te critiques demasiado. Optarás por una cosa u otra, como todos los demás.

Disfruta de tu cuerpo. Aprovéchalo de todas las formas que puedas.

No tengas miedo ni te preocupes por lo que piensen los demás porque es el mejor instrumento que jamás tendrás.

Baila, aunque tengas que hacerlo en el salón de tu casa.

Lee las instrucciones aunque no las sigas. No leas revistas de belleza pues para lo único que sirven es para hacerte sentir fea-o.

Aprende a entender a tus padres. Será tarde cuando ellos ya no estén.

Llévate bien con tus herman@s. Son el mejor vínculo con tu pasado y, probablemente, serán los que te acompañen en el futuro.

Entiende que l@s amig@s vienen y se van pero hay un puñado de ellos-as que debes conservar con mucho cariño.

Esfuérzate por no desvincularte de algunos lugares y costumbres porque, cuando pase el tiempo, más los necesitarás.

Vive en una ciudad alguna vez pero múdate antes de que te endurezcas.

Vive en un pueblo alguna vez pero múdate antes de que te ablandes.

Viaja. Acepta algunas verdades ineludibles: los precios siempre subirán, los políticos siempre mentirán y tú también envejecerás.

Y, cuando seas viej@, añorarás los tiempos en que eras joven: los precios eran razonables, los políticos eran honestos y los niñ@s respetaban a los mayores.

Respeta a los mayores. No esperes que nadie te mantenga pues tal vez recibas una herencia o, tal vez te cases con alguien ric@ pero, nunca sabrás cuánto durará.

No te hagas demasiadas cosas en el pelo porque cuando tengas 40 años parecerá el de alguien de 85.

Sé cauto-a con los consejos que recibes y ten paciencia con quienes te los dan. Los consejos son una forma de nostalgia.

Dar consejos es una forma de sacar el pasado del cubo de la basura, limpiarlo, ocultar las partes feas y reciclarlo dándole más valor del que tiene.

Pero hazme caso en lo del protector solar.

...Mary Theresa Schmich

viernes, 21 de febrero de 2014

Aprendiendo

Después de un tiempo, uno aprende la sutil diferencia entre sostener una mano y encadenar 
un alma, y uno aprende que el amor no significa acostarse y una compañía no significa 
seguridad, y uno empieza a aprender... 
Que los besos no son contratos y los regalos no son promesas, y uno empieza a aceptar sus 
derrotas con la cabeza alta y los ojos abiertos, y uno aprende a construir todos sus caminos en 
el hoy, porque el terreno de mañana es demasiado inseguro para planes... y los futuros tienen 
una forma de caerse en la mitad. 
Y después de un tiempo uno aprende que si es demasiado, hasta el calor del sol quema. Así 
que uno planta su propio jardín y decora su propia alma, en lugar de esperar a que alguien le 
traiga flores. 
Y uno aprende que realmente puede aguantar, que uno realmente es fuerte, que uno 
realmente vale, y uno aprende y aprende... y con cada día uno aprende. 
Con el tiempo aprendes que estar con alguien porque te ofrece un buen futuro significa que 
tarde o temprano querrás volver a tu pasado. 
Con el tiempo comprendes que sólo quien es capaz de amarte con tus defectos, sin pretender 
cambiarte, puede brindarte toda la felicidad que deseas. 
Con el tiempo te das cuenta de que si estás al lado de esa persona sólo por acompañar tu 
soledad, irremediablemente acabarás no deseando volver a verla. 
Con el tiempo entiendes que los verdaderos amigos son contados, y que el que no lucha por 
ellos tarde o temprano se verá rodeado sólo de amistades falsas. 
Con el tiempo aprendes que las palabras dichas en un momento de ira pueden seguir 
lastimando a quien heriste, durante toda la vida. 
Con el tiempo aprendes que disculpar cualquiera lo hace, pero perdonar es sólo de almas 
grandes. 
Con el tiempo comprendes que si has herido a un amigo duramente, muy probablemente la 
amistad jamás volverá a ser igual. 
Con el tiempo te das cuenta que aunque seas feliz con tus amigos, algún día llorarás por 
aquellos que dejaste ir. 
Con el tiempo te das cuenta de que cada experiencia vivida con cada persona es irrepetible. 
Con el tiempo te das cuenta de que el que humilla o desprecia a un ser humano, tarde o 
temprano sufrirá las mismas humillaciones o desprecios multiplicados al cuadrado. 
Con el tiempo aprendes a construir todos tus caminos en el hoy, porque el terreno del 
mañana es demasiado incierto para hacer planes. 
Con el tiempo comprendes que apresurar las cosas o forzarlas a que pasen ocasionará que al 
final no sean como esperabas. 
Con el tiempo te das cuenta de que en realidad lo mejor no era el futuro, sino el momento 
que estabas viviendo justo en ese instante. 
Con el tiempo verás que aunque seas feliz con los que están a tu lado, añorarás terriblemente 
a los que ayer estaban contigo y ahora se han marchado. 
Con el tiempo aprenderás que intentar perdonar o pedir perdón, decir que amas, decir que 
extrañas, decir que necesitas, decir que quieres ser amigo, ante una tumba, ya no tiene 
ningún sentido. 
Pero desafortunadamente, solo con el tiempo... 

jueves, 13 de febrero de 2014

¿Que cuantos años tengo?

Frecuentemente me preguntan que cuántos años tengo...

¡Qué importa éso!

Tengo la edad que quiero y siento. La edad en que puedo gritar sin miedo lo que pienso. Hacer lo que deseo, sin miedo al fracaso, o lo desconocido.

Tengo la experiencia de los años vividos y la fuerza de la convicción de mis deseos.

¡Qué importa cuántos años tengo! No quiero pensar en ello.

Unos dicen que ya soy viejo y otros que estoy en el apogeo.

Pero no es la edad que tengo, ni lo que la gente dice, sino lo que mi corazón siente y mi cerebro dicte.

Tengo los años necesarios para gritar lo que pienso, para hacer lo que quiero, para reconocer yerros viejos, rectificar caminos y atesorar éxitos.

Ahora no tienen porqué decir: Eres muy joven... no lo lograrás.

Tengo la edad en que las cosas se miran con más calma, pero con el interés de seguir creciendo. Tengo los años en que los sueños se empiezan a acariciar con los dedos, y las ilusiones se convierten en esperanza.

Tengo los años en que el amor, a veces es una loca llamarada, ansiosa de consumirse en el fuego de una pasión deseada.

Y otras un remanso de paz, como el atardecer en la playa.

¿Qué cuántos años tengo? No necesito con un número marcar, pues mis anhelos alcanzados, mis triunfos obtenidos, las lágrimas que por el camino derramé al ver mis ilusiones rotas...

Valen mucho más que eso.

¡Qué importa si cumplo veinte, cuarenta, o sesenta!

Lo que importa es la edad que siento.

Tengo los años que necesito para vivir libre y sin miedos.

Para seguir sin temor por el sendero, pues llevo conmigo la experiencia adquirida y la fuerza de mis anhelos.

¿Qué cuantos años tengo? ¡Eso a quién le importa!

Tengo los años necesarios para perder el miedo y hacer lo que quiero y siento